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GALICIA, TIERRA DE WOLFRAMIO

La Galicia de posguerra se caracterizaba por un débil proceso de modernización de su tejido productivo.

Seguía siendo una sociedad eminentemente rural y con un índice urbano casi nulo.

Tenía una economía basada en una agricultura tradicional orientada principalmente al autoconsumo familiar y a la producción de productos comercializables como por ejemplo patatas o carne de vacuno. 

A nivel industrial, y de acuerdo a la política del Régimen, hay un crecimiento de empresas vinculadas a las industrias de bienes de producción (eléctricas y de construcción naval, sobre todo) y un déficit desarrollo de industrias de bienes de consumo. 

Los años de la guerra civil española habían sido de reactivación e incremento de la demanda del wolframio. En su mayoría estaba controlada por empresas extranjeras (de capital francés e inglés y en menor medida alemán y belga) y alternó períodos de alta producción con otros de inactividad. 

La explotación del wolframio se llevó a cabo en un momento económico intervencionista por parte del Estado, donde se priorizaba la creación de empresas públicas resultado de la unión de poder político y económico y el amparo de las leyes nacionales. 

La existencia de wolframio convirtió a España en el centro de una “guerra económica” entre alemanes y Aliados. Situación que se complicaba todavía más por el boicot que británicos y estadounidenses hacían al suministro de materias primas que Franco enviaba a las potencias del Eje y en especial a Alemania. 

Galicia fue un caso especial, ya que era depositaria, a escala europea, de importantes depósitos de wolframio en comarcas como Valdeorras (Ourense), Trasdeza (Pontevedra), Xallas, Barbanza o Bergantiños (A Coruña).

Imagen del fondo: Póster promocional película "Lobos Sucios"

Imagen: Imagen de la película "Lobos Sucios"  Fuente: Fotogramas

Imagen: Imagen de la película "Lobos Sucios"  Fuente: Fotogramas

Imagen: Galicia Años 40 Fuente: Virxilio Vieitez

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