INTRODUCCIÓN
El nombre de “wolframio” es muy antiguo.
Data de 1556 cuando el mineralogista alemán Georgius Agricola lo descubrió. Estaba entre el mineral de estaño y lo corroía dejando una espuma. Debido a esto se decía que el estaño desaparecía como comido por un lobo por lo que se le llamó “wolframita”, de “wolf” (lobo) y “rahm” (baba), o sea, “lupi spuma” o “Baba de lobo”.
Otras versiones dicen que el nombre se debe a las supersticiones de los mineros medievales sajones que creían que el demonio se encarnaba en lobo y habitaba las profundidades de las minas "corroyendo la casiterita con sus fauces babeantes".
Forma parte de los llamados “minerales de sangre” o “recursos en conflicto” como el oro o el estaño. Minerales que ensucian la conciencia humana porque generan a su alrededor explotación, violencia o muerte, al igual que sucedió con el Wolframio durante la 2ª Guerra Mundial.
Se dice que los alemanes fueron los primeros en usar wolframio con fines militares y en este trabajo descubriremos su importancia y su presencia en Galicia, sobre todo, en la zona de Valdeorras. De hecho en aquel momento el wolframio fue declarado “mineral de interés para la defensa nacional”.
“Para nosotros el wolframio es prácticamente lo que la sangre para el hombre”, dijo el embajador de Alemania, Hans Heinrich Diehhoft al Ministro de Industria de España, lo que da idea de su importancia.
En un lugar escondido de los montes ourensanos, cerca del Teixadal, el único bosque de tejos que queda en Galicia y el mejor conservado de la península ibérica, se ocultan los restos de una mina de wolframio explotada por los nazis "bajo el permiso" de Franco.
Un lugar lleno de miseria, sufrimiento, falta de esperanza, hambre y analfabetismo con un papel destacado en la historia de la humanidad porque con el wolframio extraído de estas minas se fabricaron las bombas que cayeron sobre Londres.
Imagen del fondo: Botón de una chaqueta con una esvástica nazi aparecido en la zona de O Castro (vigo)
Fuente: Periódico Digital. vigo al minuto.com